Cuando tenía 18 años, me di cuenta de que quería pasar una temporada en África sin saber muy bien qué quería hacer y cómo. Me incorporé al Deutschen Entwicklungsdienst (DED) y aterricé en Kenia.
Este es uno de los proyectos sobre la extirpación genital femenina, algo que antes no sabía que existía... Me di cuenta de cómo muchas mujeres se ven obligadas a abandonar esta práctica y hablé con distintos grupos para averiguar por qué la MGF se practica con tanta dureza en la comunidad kuria de Kenia. Pensando en mi propia infancia, protegida por la ley, con todos los derechos fundamentales y con mucha ternura, he dicho que quiero ayudar a todas las mujeres de este mundo para que tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades que yo tuve.

Esto condujo a la liberación de Zinduka, que proporcionó a cada mujer los derechos y oportunidades que necesitaba.